miércoles, 29 de agosto de 2012

Control al consumo de combustible

El ahorro de combustible para el carro que nos lleva y nos trae, se hace más acuciante cuanto más escuchamos las noticias recordándonos lo mal que va eso de la unidad monetaria. Y sobre todo cuando nos dirigimos con anodina resignación a nuestra cita periódica para cargar nuestro utensilio mecánico del líquido elemento y, contemplando el marcador se nos hace más larga la espera del próximo sueldo, si estamos en racha, claro.

La subida constante y la bajada desenfrenada de nuestros bolsillos a costa del oro líquido que beben nuestros vehículos, está siendo cada vez más de alto riesgo. A uno le dan ideas de salir como alma que lleva el diablo a poco que se despiste ese engendro electrónico que todo lo ve y que como una plaga está presente en todos los surtidores. Las cámaras.

Pero no, no voy a ejercer de maestro escapista, eso lo dejo para quien tenga el valor y poco de entendederas, que a estas alturas ya estamos servidos de problemas, aunque aritméticos, faltos de motivación escolar.

La realidad es que no hay pitonisa que nos haga ver la solución y bajemos duros en la factura del petróleo. Aunque no nos guste solo queda cumplir, por defecto, las reglas del juego de la vía circulatoria asfaltada. Más concretamente lo que viene siendo los límites de velocidad. Digo por defecto y digo bien, ya que los consumos que ejercen nuestros coches son de órdago, con lo que, mejor ir a 100 que un 20 por ciento más. Y que conste que yo soy de esos que debo calzar cinco números más en el pie derecho que el izquierdo, a la hora pisar palancas como si fueran cucarachas. Pero vamos a dejar los invertebrados en paz y pongamos manos sobre el pan que nos ocupa.

El uso que hacen los agentes de la seguridad vial, con los sonar que detectan cualquier movimiento extraño, que no esté fuera de los cánones establecidos para la buena conducta cívica en el asfalto, es de observación científica, me río yo del radar de los murciélagos. Aún así cuentan las malas lenguas, que tienen un margen de entre un 10 y un 20 por ciento según los casos, antes de que la dolorosa con las siglas DTG en el membrete llegue por invitación directa a nuestro lugar de residencia habitual.

No voy a iluminar a nadie si expongo una tabla, no precisamente de queso, enumerando de que forma podemos desquiciar al gasolinero que nos atiende cada vez más tarde.
Atiende únicamente al comparativo entre velocidades y las rebajas que pueden suponer en gasto de combustible y luego que cada uno traduzca a pesetas, euros o lo que mejor se le de que para eso son suyos.

Condiciones de la prueba:
Vehículo C-Max 136cv. - 2 ocupantes, dos maletas medianas.
Recorrido Madrid-Granada distancia 864 kilómetros. (ida y vuelta)
Control de crucero puesto en cada una de las velocidades indicadas, intentando, siempre que la circulación y la vía permita mantener dicha velocidad (según velocímetro).
La media de consumo atiende al recorrido total.
Precio de combustible según proceda, pero en el cálculo de la tabla es de 1,42 € por litro.
El tiempo estimado es de un solo trayecto (ida o vuelta) con una parada de 25 minutos.



Saludos.